Una gran oportunidad para Doñana


 

 

Algo más tarde de lo que me hubiera gustado, aquí va mi opinión en relación con los últimos acontecimientos que atañen a Doñana; es decir, la retirada de la proposición de ley con la que  la Junta de Andalucía pretendía ampliar los regadíos en el entorno del espacio natural y el acuerdo al que el Gobierno de España y la Junta han llegado para sentarse a negociar.

Lo primero que hay que decir, sin duda alguna, es que se trata de una buena noticia. Lamentablemente, desde hace demasiado tiempo, las novedades que se conocen en relación con Doñana no suelen ser buenas. No obstante, sí hay buenas noticias, pero las malas las eclipsan y la imagen que cualquier persona se hace de aquello es la de un guirigay que no permite conocer la esencia de lo que ocurre. Pues bien, este acuerdo Gobierno-Junta es una excelente novedad.

Veamos. Lo primero y esencial es que la Junta -da igual que sea el PP el que presentara la iniciativa para ampliar regadíos- ha decidido paralizar su aprobación. Más allá de que los responsables del gobierno regional hayan amenazado con reactivarla si no hay acuerdo con el Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico, lo cierto es que la ley no se ha aprobado y se ha paralizado. Esto ha tranquilizado a todos los estamentos que estaban mitad preocupados mitad indignados con este movimiento de la administración andaluza. Es de desear que no tenga vuelta atrás. Moreno Bonilla sabe que seguir adelante tiene un riesgo y un desgaste enormes para él. Su imagen se ha visto deteriorada y la denominada revolución verde –esa que nunca nadie supo qué era- se ha desmoronado por completo. Pero lo más importante: la retirada abre un escenario notablemente más halagüeño. Sobre todo tras la apertura de conversaciones con el Gobierno de España y tras las intenciones que por su parte ha esbozado el ejecutivo español.

Fruto de esta nueva etapa de diálogo, el Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico ha anunciado la inversión de 350 millones de euros en un plan de carácter socioeconómico que, junto a otro de similar cuantía dirigido a actuaciones para mejorar la salud ambiental de Doñana, puede suponer un cambio radical que entierre la enésima crisis del espacio y que permita  vislumbrar un nuevo horizonte de desarrollo para la comarca.

Cabe preguntarse por qué se ha llegado hasta aquí. Por qué la Junta de Andalucía ha tensionado el espacio de tal forma y ha soliviantado a las instituciones internacionales cuyas opiniones sobre el espacio son la referencia para la reputación del mismo y para la imagen –y el daño- que se le ha hecho a la agricultura responsable de la zona. Hay quien dice que las razones han sido electorales. Yo lo dudo. Si repasamos los datos del PP en los municipios de la Corona Norte de Doñana en las elecciones municipales y generales de este año veremos que sus resultados han sido similares a los resto de Huelva o de Andalucía. Sobre este tema solo podremos hacer elucubraciones.

Pero miremos al futuro. Doñana necesita acuerdos y medidas que reconcilien con el parque a esa parte de la población que lo ve como un impedimento para el desarrollo pese a que la estadística dicte lo contrario si se comparan la realidad de la comarca de Doñana con otras similares que no tienen la suerte de albergar un parque nacional. El anuncio del Gobierno de España debe ser el punto de partida para ello. Si al histórico plan de medidas socioeconómicas se le suma la retirada definitiva de la amenaza de ampliar regadíos y el gobierno andaluz se convence por una lado de la inutilidad de la medida y por otro del daño que la aprobación definitiva haría al parque y a la agricultura aunque fuera frenado en los tribunales, estaremos hablando de un antes y un después, de una oportunidad que no se debe escapar.


Comentarios

Entradas populares