Se veía venir
Os dejo el artículo publicado el 5 de junio, Día del Medio Ambiente, en la sección de Biodiversidad del digital de medio ambiente del Grupo Joly.
Sí. Se veía
venir. Se había advertido hasta la saciedad, pero parece que algunos creen solo
lo que quieren creer. Resultaba evidente que la simple propuesta de ampliar los
regadíos en el entorno de Doñana era suficiente para que el desprestigio
salpicara a la totalidad de los productores de Huelva y para que en Europa se
alzaran voces contrarias a los frutos rojos andaluces. Nadie se detendría a
distinguir si las tierras en que se producen están regularizadas o no y si el
agua que se usa para regarlas procede de pozos legales o ilegales. Como era
obvio, eso ha ocurrido.
La asociación
alemana Campact ha iniciado una recogida de firmas para que los supermercados
no vendan berries de Huelva si no se retira la proposición de ley (PL) que
impulsan PP y VOX, con la que se pretenden legalizar hectáreas de explotaciones
que por razones normativas objetivas quedaron fuera del Plan de Ordenación de
la Corona Norte Forestal de Doñana. Esta asociación argumenta que, en caso de
aprobarse la proposición de ley, sus efectos contribuirán a la desecación de
Doñana. Por eso plantean el boicot.
Hay que tener
en cuenta que la campaña llega una vez que todas las instituciones europeas se
han manifestado tajantemente en contra de las intenciones de la Junta de
Andalucía. No recuerdo ninguna importante que quede por pronunciarse. Es decir,
el caldo de cultivo está hecho y el deterioro injusto de la imagen de la
agricultura de Huelva así como el daño a la inmensa mayoría de los agricultores
que hacen bien las cosas, servidos.
Se preguntaba
Bertolt Brecht: “¿Qué tiempos son estos en los que tenemos que defender lo
obvio?” Pues en este asunto pasa exactamente lo mismo. Lo obvio es que el
deterioro de la imagen de la agricultura de Huelva es consecuencia del empeño
de la Junta de Andalucía en aprobar una proposición de ley cuya aplicación
perjudica al parque y, obviamente, a la imagen de la agricultura. ¿Cómo es
posible señalar a quienes se oponen a esta operación como responsables ni
siquiera indirectos del desprestigio y de las campañas –porque vendrán más. Al
tiempo– en contra de los berries de Huelva? Resulta un insulto a la
inteligencia hacerlo. Y se advirtió, vaya si se advirtió.
El gobierno de
la Junta de Andalucía –porque aunque la proposición de ley la presentan VOX y
PP, estamos ante una cuestión de gobierno. Así lo han demostrado el presidente
y el consejero de Sostenibilidad, Medio Ambiente y Economía Azul– debe
renunciar a la PL, seguir aplicando el Plan de la Corona y trabajar en
alternativas en otras zonas para las hectáreas que quedaran fuera por motivos
administrativos. Para “quienes hayan hecho las cosas mal”, en palabras de los
propios agricultores, aplicación de la Ley y restitución de la situación
anterior a su incumplimiento. Todo lo que no sea eso supondrá un descrédito
creciente que puede tener fatales consecuencias para esa inmensa mayoría de
agricultores de Huelva –no me cansaré de repetir esa cantinela– que cultivan sus tierras con todo el respeto
a las normas.
Pero parece que
el Gobierno andaluz no está dispuesto a dar su brazo a torcer. Se pudiera
pensar que busca que alguien lleve la PL a los tribunales para que sean ellos
los que la paralicen y así eludir alguna responsabilidad. De hecho, una vez
pasadas las elecciones municipales se ha retomado la tramitación de la PL en el
Parlamento de Andalucía (por cierto, tanto el ascenso del PP como el descenso del PSOE
que se han producido en la comarca afectada están en la línea general de lo
ocurrido en el resto de Andalucía y de España. Por tanto, la influencia política
del asunto en la zona admite discusión…) Pues bien, para ¿sorpresa? de muchos, en un
principio ni el presidente del Consejo de Participación de Doñana, Miguel
Delibes de Castro, uno de los científicos más prestigiosos en la materia, ni el
director de la Estación Biológica de Doñana, Eloy Revilla, habían sido llamados
a comparecer por los impulsores de la proposición de ley. Se ha rectificado con
Delibes, pero ni Revilla ni otras voces científicas habían sido citadas cuando
se enviaba este artículo. Solo cabe
interpretar que la Junta de Andalucía, tras la unanimidad mundial en el ámbito
de la ciencia en contra de su propuesta, no quiere escuchar voces críticas. En
los asuntos con un carácter técnico tan marcado como este, en el que la disponibilidad
de agua y la afección a espacios naturales son claves, la voz de los
científicos es imprescindible. ¿Cómo es posible que se haya regateado la
presencia de los responsables principales de la gestión de Doñana, Delibes en
el ámbito institucional –antes en el técnico– y Revilla en el científico?
Para alcanzar
cierta tranquilidad y que las aguas vuelvan a su cauce no veo más salida que la
retirada de la PL y seguir aplicando el Plan. Considero posible alguna
negociación para encontrar determinadas soluciones fuera del ámbito de Doñana,
pero eso requeriría otro artículo.
José G. Fiscal
Consultoría, divulgación y comunicación
en medio ambiente
Ex consejero de Medio Ambiente de la
Junta de Andalucía


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